“Todo comenzó en Agosto de 2015, cuando CAMILA tuvimos nuestro primer show en el Madison Square Garden de Nueva York, compartiendo escenario con el legendario Marco Antonio Solís. Al terminar el concierto se acercó un fotógrafo muy humilde y buena onda a felicitarnos por el concierto y a compartirnos su tarjeta de contacto profesional. Al día siguiente nos comenzaron a etiquetar en Instagram, en unas fotos increíbles del concierto. Nos quedamos fascinados con la calidad de estas fotos y nuestra sorpresa fue que quien las tomó era justamente el chavo colombiano que habíamos conocido la noche anterior. Nos pusimos en contacto con él para agradecerle por las fotos y tuvo el gran detalle de imprimir algunas de ellas y enviárnoslas a nuestras casas. Tiempo después fuimos invitados a dar un concierto en Japón, que sería nuestra primera presentación en el continente asiático. Debido a la trascendencia de este evento en nuestra carrera, pensamos que sería importante documentarlo y de ahí surgió la idea de invitar a un fotógrafo que tuviera ganas de hacerlo y que estuviera en el mismo canal que nosotros. La persona perfecta era César Calderón. A partir de ese viaje surgió una gran amistad con él. Además de fotografiar el concierto, nos acompañó a visitar templos y lugares icónicos de Tokio, donde aprovechó para tomarnos fotos increíbles. La pasión que tiene por la fotografía es excepcional. Su cuidado por el detalle, su visión artística y sus ganas de trabajar siempre con la mejor actitud son cualidades que lo harán llegar mucho más lejos. Cuando uno trabaja en sesiones de fotos, lo más importante es sentirse cómodo y relajado, en un ambiente de confianza. César tiene tan buena vibra que te hace sentir justo así y eso se proyecta en las fotos. Así que yo me siento muy agradecido con César por el trabajo que ha hecho con nosotros, por habernos acompañado hasta Japón y haber plasmado momentos únicos e irrepetibles. Además de todo, me llevo un nuevo gran amigo, de esos que vale la pena tener en la vida.”